¿Por qué la gente le teme al RCM?

Perspectiva de un Estudiante que se Convirtió en Facilitador

Han pasado casi 20 años desde la primera vez que escuché sobre el mantenimiento centrado en confiabilidad (RCM). Como parte del Equipo de Mantenimiento y Confiabilidad del Parque de Kodak, fui una de las pocas personas que se ofrecieron como voluntarias para hacer algunos cursos de RCM e informar al equipo sobre la viabilidad de la herramienta. No tenía idea en ese momento de que dos décadas después, sería un facilitador e instructor de RCM en compañías en casi todos los países del mundo. A veces es extraño lo rápido que cambian las cosas; un día eres líder del equipo de mantenimiento y al siguiente te ganas la vida como facilitador de mantenimiento centrado en confiabilidad.

Algo que no ha cambiado en 20 años es que el RCM es una herramienta muy difícil de vender. Mientras que podría mencionar una decena de cosas que alejan a la gente de probar una iniciativa de RCM, todas tienen base en una misma causa o hecho: muy poca gente entiende de verdad el RCM. Como resultado, también existen muchas ideas equivocadas asociadas a RCM. (Gráfico 1)

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Lo penoso es que estas ideas equivocadas podrían ser eliminadas fácilmente si quienes necesitan de una buena iniciativa de RCM se tomaran el tiempo para investigar o evaluar a las personas que seleccionan para instruir y facilitar su esfuerzo de RCM. Como mencioné antes, muy poca gente entiende realmente el RCM y muchas de las personas que no lo entienden trabajan a tiempo parcial como facilitadores de RCM, para suplir la demanda. A algunos les faltan habilidades de facilitación o tienen poca experiencia trabajando en el campo del mantenimiento; a la larga, terminan perjudicando el esfuerzo.

Por otro lado, los profesionales y facilitadores que en verdad entienden el RCM son tan buenos que hacen que el proceso de facilitar y mitigar modos de falla se vea simple. Tan simple, de hecho, que mucha gente que los observa facilitar cree que cualquiera que respire puede ponerse de pie frente a un grupo y facilitar un análisis RCM. Creyendo que el proceso de facilitación es simple, intentan avanzar con eso y allí es cuando el RCM se vuelve peligroso. Los facilitadores inexpertos no tienen en cuenta modos de falla cruciales, modos de falla que podrían resultar en errores catastróficos en los equipos.

Si su facilitador de RCM no entiende qué es el modo de falla verdadero, cómo funcionan sus partes y componentes en conjunto, cómo fallan en su funcionalidad, y los diferentes tipos de mantenimientos y tecnologías disponibles para mitigar los modos de falla, usted puede desperdiciar mucho tiempo y terminar con resultados menos que aceptables.

Si usted planea invertir en RCM, gaste su dinero sabiamente e investigue no sólo la metodología, sino también al facilitador/profesional para garantizar el éxito.

Las personas que poseen un conocimiento intermedio de las herramientas de ingeniería de confiabilidad ven el proceso de RCM como un proceso simple de 7 pasos que aborda los modos de falla con algún tipo de tarea de mitigación. Si estas mismas personas creen que una bomba es una bomba y que todos sus componentes tienen una lista pre-establecida de posibles modos de falla, aquí tenemos la segunda razón por la que la gente le teme al mantenimiento centrado en confiabilidad.

Algunas personas creen que el proceso o el uso de RCM es innecesario porque se puede lograr lo mismo con un catálogo de modos de falla y las tareas de mitigación correspondientes.

Es un concepto interesante en verdad; simplemente haga una lista de todos los modos de falla posibles para una parte o componente y combínelo con la mejor tarea para cada modo de falla. ¿Por qué querría alguien quedarse sentado durante otro análisis de RCM cuando todo lo que necesita hacer es cargar una lista de los componentes, presionar un botón en la computadora y enseguida obtiene una lista de las medidas a tomar?

Ojalá fuera tan fácil. En el mundo real, esto es simplemente otra prueba de que muy poca gente en verdad entiende el mantenimiento centrado en confiabilidad.

Permítanme explicar por qué.

En primer lugar, sería un tonto si dijera que las listas o recopilaciones de modos de falla y las herramientas que se están utilizando para corresponder modos de falla con tareas de mantenimiento preventivo (PM) y mantenimiento predictivo (PdM) no tienen valor alguno. Esa afirmación no podría estar más lejos de la verdad. Una lista de modos de falla comunes o de diseño puede ayudar a desarrollar estrategias de mantenimiento sólidas, siempre que el equipo se instale y opere de acuerdo con las especificaciones de diseño. Usar esta herramienta generará una lista de tareas de PM y PdM para mitigar estos modos de falla comunes o de diseño. Lo que las herramientas no podrán hacer es descubrir los modos de falla que sean consecuencia del ambiente, la cultura y el contexto operativo del equipo. Estas recopilaciones de modos de falla, listadas bajo un listado cada vez más grande de nombres de marcas registradas o herramientas de software, pueden ser de valor para su organización si se aplican correctamente en equipos que no sean críticos o en el balance del equipamiento de la planta. En otras palabras, si la compañía que diseñó la herramienta en verdad entiende los modos de falla y tiene el conocimiento para entender que las tareas de PM y PdM son adecuadas para mitigar cada modo de falla en su planta, y si cada tarea es tanto aplicable como rentable, y si usted tiene los recursos para implementar esta iniciativa a gran escala en toda su planta; entonces el proceso le ayudará a mejorar la confiabilidad de sus activos y llevarla a un nivel por encima de su estrategia de mantenimiento actual.

Si ese último párrafo no le suena muy prometedor, es porque no debería ser así. La realidad de cualquier herramienta de modos de falla, o incluso de RCM, es que si el programa de mantenimiento de su compañía no ha madurado a un punto en el que usted tiene un núcleo de entre tres y cuatro herramientas PdM y es capaz de planificar, programar y ejecutar sus tareas de PM y PdM en los intervalos necesarios, utilizarlas sólo creará más caos y frustración. Añada esto al hecho de que los modos de falla más frecuentes, los que resultan del contexto operacional, el ambiente operativo y la cultura, no están y no pueden estar incluidos en la recopilación.

Ahora, no me malinterprete, no estoy diciendo que no se debería utilizar una herramienta que aborde modos de falla comunes o de diseño para construir una estrategia de mantenimiento. Lo que estoy diciendo es que si usted quiere ir en esa dirección, debe asegurarse de tener los recursos y la infraestructura necesaria para respaldar la herramienta. Conozco y he trabajado con muchas compañías que han tenido un éxito enorme con la herramienta correcta, pero ellos entendían la diferencia entre las herramientas y utilizaban tanto recopilaciones de modos de falla como RCM para construir sus estrategias.

Para cerrar, sé que el RCM no es una píldora fácil de tragar. Se requiere tiempo y gente experimentada para realizar un RCM de calidad. Además, se necesita un gran facilitador que trabaje con su equipo para completar un buen mantenimiento centrado en confiabilidad. Es importante entender que cuando se trata de herramientas disponibles para mejorar la confiabilidad en su sitio, cada una tiene sus aplicaciones y limitaciones. En lo personal, creo que el RCM debería realizarse en algún punto entre un cinco y un 20 por ciento de sus activos críticos, y que el balance de su planta podría realizarse eficazmente con una herramienta de modos de falla bien diseñada.

Aunque sería maravilloso poder mejorar la confiabilidad de todos sus equipos con solo tocar un botón, la realidad es que la mejora viene con la educación, con ser capaz de identificar sus pérdidas y seleccionar la herramienta correcta para eliminar las pérdidas y mantener las ganancias.