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Cómo evitar cortes de luz sin morir en el intento

(fulminado suena duro, digamos “perder imagen” para los políticos y “perder la concesión” para la empresa eléctrica, que ahora que lo pienso de nuevo tal vez fulminado no estaba tan mal...) debemos contestarnos algunas preguntas como:

¿Podrían haberse evitado los cortes eléctricos?, ¿Cómo?, ¿Tan caro hubiese salido evitarlo? ¿Lo estarán haciendo a propósito?

Quien escribe no puede suponer mejor que los que leen este artículo las razones políticas que pueden estar detrás de estos cortes, pero tal vez pueda ayudar a contestar estas preguntas desde un punto de vista técnico, desde la visión del Mantenimiento Centrado en Confiabilidad.

Con la visión del Mantenimiento de Tercera generación, la respuesta a la primer pregunta es SÍ. Por qué decimos esto:

En los últimos años ha cambiado la forma de pensar en el mantenimiento, comenzando con la simple definición de ¿qué es mantener?, Mantener es: “Hacer lo que sea necesario para que un activo continúe haciendo lo que sus usuarios quieren que haga en su contexto operativo”. Con esta definición vemos que el mantenimiento ya no está limitado solamente a tareas rutinarias de inspección, reacondicionamiento o reemplazo de componentes, sino también de todo cambio o rediseño que nos asegure que el activo, en su contexto operativo, haga lo que sus usuarios necesitan que haga.

La respuesta a ¿cómo podría haberse evitado?, parecerá nuevamente simple e inapelable. Estos cortes eléctricos podrían haberse evitado realizando un Mantenimiento Proactivo adecuado.

Cuando los responsables del mantenimiento de las empresas eléctricas lean esto pueden reaccionar de dos maneras diferentes:

Primer reacción probable:

Mostrarán que sus planes de mantenimiento actuales, desarrollados por especialistas en la materia y basándose en recomendaciones de los fabricantes, se realizan puntualmente a los intervalos señalados; reclamando que no se los señale dado que ellos SI QUE HACEN MANTENIMIENTO PROACTIVO.

Ante esto debiéramos explicar “Los Modernos Paradigmas de Mantenimiento” en los que se basa el Mantenimiento de Tercera generación. Este artículo no seguirá esa línea que en años recientes hemos expuesto en numerosos y diversos Foros sobre la materia dado que su explicación llevaría varias páginas.

Tomaremos el camino más simple para mostrar que dicho Mantenimiento Proactivo no es tal, repensando qué queremos decir cuando hablamos de Mantenimiento Proactivo. Cuando decimos que nuestros empleados son proactivos, nos referimos a personas que se adelantan a los acontecimientos, pensando en qué hacer para obtener beneficios de una situación o al menos evitar las consecuencias de algo indeseable que pueda suceder.

Entonces si tomamos la definición actualizada de Mantenimiento dada arriba y entendemos lo dicho sobre la pro actividad de personas, realmente estaremos haciendo Mantenimiento Proactivo si pensamos de antemano cómo hacer para evitar las consecuencias que tendríamos si nuestros activos no cumplen con lo que sus usuarios desean que haga.

Es decir: haremos Mantenimiento Proactivo el día que hayamos analizado las causas de cada falla y determinado un plan de acción que nos proteja de las consecuencias potenciales de las mismas.

Este plan de acción podrá incluir acciones de Mantenimiento Predictivo, Mantenimiento Preventivo, Mantenimiento Detectivo, Rediseño de activos, Cambio de Planes Operativos, Capacitación de personas y también Mantenimiento Correctivo (que el Mantenimiento Centrado en Confiabilidad no solo acepta sino recomienda para aquellos casos en que demostrablemente es el más correcto!).

Esto, contrariamente a lo que muchos piensan, es fácil de hacer hoy día: hace más de una década que se dispone de una herramienta moderna que rápidamente se difunde en todo el mundo: “Mantenimiento Centrado en Confiabilidad”, conocida como RCM2 . (Reliability Centred Maintenance).

Segunda reacción probable:

Los responsables de Mantenimiento podrían argumentar que están presionados por la reducción de costos que solicita la alta gerencia de la empresa para compensar tarifas congeladas a pesar de la devaluación u otros motivos económico-financieros. Entonces han dejado de hacer muchas de las tareas de mantenimiento que saben que deberían hacer, pero dado que la empresa, para sobrevivir debe bajar los costos, creen que no les queda otra opción que reducir las tareas de mantenimiento. Esto desgraciadamente ocurre en muchas empresas en todo el mundo.

Esta afirmación generalmente es errónea. Es errónea también en las empresas privatizadas de Argentina y aprovecho entonces para contestar la tercer pregunta que nos hicimos: ¿hubiese sido tan costoso evitar los cortes? Pensemos en lo siguiente: ¿Cada cuánto se tiene este tipo de cortes? ¿Cuánto debe gastar la compañía eléctrica para hacer reparaciones de emergencia y normalizar el suministro? ¿Cuánto deben pagar en multas? ¿Cuánto deben pagar en indemnizaciones y juicios (o en primas de seguros para compensarlas)? y la pregunta fundamental ¿puede llegar un momento en que se le quite la concesión? ¿Cuánto dinero le cuesta todo esto a la empresa?

Todos estos costos que afronta la empresa después de la falla causada por la lluvia, sin ninguna duda justifican el trabajar bajo el marco más actualizado del Mantenimiento.

Tal como se explicó, la actualización mediante el uso de técnicas disponibles de Mantenimiento Centrado en Confiabilidad – RCM2 lograría que los costos totales de la empresa sean muy inferiores logrando aumento de ganancias.

Lo dicho deja muy en claro cuál debe ser la respuesta a nuestra última pregunta. Evidentemente nadie está cometiendo deficiencias apropósito: ninguna empresa limitará adrede sus beneficios, aumentando sus costos totales y para colmo arriesgándose a que le quiten la concesión.

¿Por qué se repiten los cortes entonces? Evidentemente por una falta de conocimiento de herramientas que están disponibles para maximizar la costo-eficacia de su inversión en activos físicos y una cuestionable visión estratégica que los lleva a pensar que la desinversión sistemática es la única manera de aumentar sus ganancias.

Pese a estas palabras que pueden sonar duras para las empresas, no se trata de culpar a las mismas de la situación que vivimos de manera directa, dado que este es un cuadro que se repite en todo el mundo en empresas estatales y privadas, sino que para quien escribe, es un nuevo motivo para señalar que los políticos deben saber, que el mantenimiento es una Función Estratégica y debe ser tenida en cuenta en contratos y controles de las empresas privatizadas! También deberían considerar el costo político que tiene un corte de suministro sobre los funcionarios elegidos por votación popular.

Invito entonces al Gobierno y a las Empresas Privatizadas, a que cada cual reconozca su responsabilidad y que juntas recorran el camino técnico actualizado del Mantenimiento Centrado en la Confiabilidad, aumentando sus ganancias y beneficiando a los usuarios evitando futuros cortes.