Por mucho tiempo, las tecnologías de monitoreo de condición han sido aplicadas como herramientas para habilitar estrategias de mantenimiento predictivo. Las herramientas visuales, como la curva PF, nos ayudan a explicar los beneficios de este tipo de estrategias. No obstante, el paradigma de hoy en día ha evolucionado a una dimensión de multi-tecnología. Este concepto es similar al de un paciente humano al que se le evalúa su salud con una sola prueba de azúcar o colesterol. Hoy por hoy es imprescindible aplicar una estrategia de multi-tecnología alineada a los modos de falla definidos por herramientas como RCM o FMEA. Un activo solo puede ser definido como “saludable” si todos sus modos de falla son monitoreados o inspeccionados con una frecuencia definida por su criticidad.
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